martes, 4 de septiembre de 2012

                 GIANNI RODARI

                  
Gianni Rodari nace en Omegna, sobre el lago de Orta, el 23 de octubre de 1920. Allí se trasladaron sus padres, originarios del valle de Varese, en búsqueda de trabajo. Está casado en segundas nupcias con Magdalena Aricocchi y tiene a un hijo, Mario, de 12 años, del primer matrimonio.
El  padre de Gianni es panadero. Su madre lo ayuda en la panadería; por eso, Gianni, apenas nacido, es confiado a una nodriza del pueblo próximo.  Al cabo de un año, nace su hermano Cesare. 
Gianni es un niño de carácter no del todo sociable, muy unido a su hermano Cesar, un poco menos con su hermano Mario, probablemente a causa de la notoria diferencia de edad. Queda huérfano de padre a una edad temprana. Su padre muere de pulmonía cuando el pequeño Gianni tiene apenas diez años: “La última imagen que conservo de mi padre es la de aquel hombre que trata en vano de calentarse la espalda junto al horno. Estaba ebrio y temblaba. Salió bajo un temporal para ayudar a un gatito que estaba solo en un charco. Moriría luego de 7 días de pulmonía. En aquel tiempoi no existía la penicilina.” Inmediatamente después, su madre decide volver a su pueblo natal donde Gianni vivirá desde 1930 hasta 1947.
En 1929, Gianni es enviado a Gavirate, a vivir con una tía soltera que trabaja en casa del jefe de estación.  En 1931, ingresa al Seminario de San Pietro Martire, de Seveso, cerca de Milán, donde permanece tres años.  Luego, en un pensionado de Varese frecuenta el instituto Magistrale y toma clases de violín.  Forma un trío musical con el que hace una gira tocando en patios y hosterías. 
Su vida escolar es muy particular: empieza con gimnasia, para luego pasar al profesorado de educación elemental (escuela primaria), donde consigue el título habilitante a la edad de 17 años. Rodari se distingue por su atención y participación, y por ser siempre el primero.
Pasa de la experiencia de ser un católico militante (fue presidente de la Acción Católica) a profesar la ideología comunista. La lectura de Stalin y Trosky, según sus propias afirmaciones, lo llevará a criticar el corporativismo y curiosear sobre el marxismo, como una concepción de mundo.
En 1937, se gradúa como maestro. En 1938, se inicia como educador en casa de una familia de judíos alemanes huidos de su país. En 1939, se matricula en la Facultad de Lenguas de la Universidad Católica de Milán, en la Facultad de Lenguas, pero después de haber pasado algunos exámenes, abandonará los estudios sin haberse recibido, donde hace suplencias, una actividad que seguirá manteniendo incluso después de 1941, cuando gana las oposiciones para maestro.
Pero hay guerra en Italia, lucha partisana contra la ocupación alemana, actividad política clandestina y encuentro de Rodari con la  organización comunista. 
Cuando Italia entra en guerra, en 1940, Rodari es declarado “no apto”. En 1941, vence el concurso para maestro y comienza su carrera en las escuelas primarias.  Es un período muy duro: se inscribe en el partido fascista y acepta trabajar en la “Casa del Fascio”, para sobrevivir. La guerra y su dramaticidad lo golpean profundamente en sus sentimientos. Se entera de la muerte de sus amigos Nino Bianchi y Amadeo Martelli. Su hermano Cesar es recluido en un campo de concentración en Alemania.
Inmediatamente después de la caída del fascismo, Rodari se acerca al partido comunista, al cual se afilia en 1944, para participar de las luchas de la resistencia. Finalizada la guerra, es llamado a dirigir un diario, Orden Nuevo. En 1947, es nombrado primer cronista de la L’unitá, luego jefe cronista y, por fin, enviado especial.
Desde 1947, Rodari escribió en L'Unitá, de Milán (periódico del PCI), desde 1950 en el Pionere y, desde 1953, en la dirección de Avanguardia (semanario de la Federación Juvenil Comunista), desde 1956 otra vez en L'Unitá; desde 1958, en Paese Sera, periódico romano para el que trabajará hasta su muerte. En 1974, se incorporó a la dirección del mensual Il Giornale dei Genitori.
Sus primeros textos para niños se remontan a 1948, en las páginas de L'Unitá, Vie Nuove y Noi Donne.Allí nacieron narraciones cortas humorísticas, sus primeras filastrocche, coplas y retahílas ligadas a la poesía popular italiana. De estos textos surgieron sus primeros libros para niños: Il Libro delle Filastrocche (El libro de las rimas, 1950) y el Romanzo di Cipollino (Las aventuras de Cipollino, 1951).
Respecto de su experiencia en el semanario para niños El Pionero:
"Un día, el director del diario decidió dedicar una página dominical a los niños. Yo era el único que había sido, años atrás, maestro de escuela y este fue el motivo que sugería mi elección. También tenía cierta predisposición por los fragmentos brillantes de fantasía y humor. Empecé a publicar semanalmente retahílas y cuentos cortos en los que reencontraba mi gusto juvenil por los surrealistas franceses que había leído en la biblioteca siendo estudiante. (....) No era un trabajo de despacho, sino en contacto directo con los lectores, los niños y sus familias. No llegué, pues, a los niños por el camino de la literatura, sino por el camino del periodismo (...) En 1950, fui prácticamente obligado, aunque no estaba totalmente convencido, a dirigir un semanario para niños y muchachos (...) En este período, una editorial me propuso publicar un pequeño volumen con retahílas y me propuso escribir un libro, una novela para más señas, sobre los personajes que había inventado para un libro diferente: Cipollino y Pomodoro. La idea me divirtió preparé un esquema (el esqueleto del cuento), me tomé un mes de vacaciones y me hospedé en casa de un campesino en tierras de Módena y en un mes, hice una primera redacción.".
En los años 60, Rodari recorre las escuelas italianas "para contar historias y responder las preguntas de los niños. Porque siempre hay un niño que pregunta: ¿Cómo se inventan las historias?, pregunta que merece una respuesta honesta."  Esta actividad, como lo explica Rodari en el "Prefacio", culminará en la reescritura y publicación de su libro Gramática de la fantasía, en 1973.
A través del contacto directo con los niños, Gianni Rodari observa y toma apuntes, intentando desentrañar los procedimientos del arte de crear historias. El binomio fantástico, el extrañamiento, el "qué pasaría sí", la construcción de adivinanzas, la parodia y mezcla de fábulas, el modo como los niños juegan con las palabras y crean nuevos mundos, desarrollan su capacidad de imaginación, comprenden y actúan sobre la realidad.
En 1953, se casa con María Teresa Feretti, con quien tendrá una hija: Paola.
En diciembre de 1958, pasa a  trabajar en Paese Sera y, finalmente, realiza aquello que es el sueño de toda su vida: unir al trabajo de escritor para la infancia el de periodista político no alineado. En 1960, comienza a publicar para Einaudi y su fama se difunde por toda Italia. El primer libro sale publicada por la nueva casa editora es Filastrocca in cielo e in terra (Rimas en cielo y en tierra). Su nombre se afirma sobre todo en las páginas de los periódicos La via miglore y Il corriere dei piccoli, donde publica en capítulos La torta in cielo, que dos años más tarde aparece también en las librerías.



En 1962, publicó en el diario romano Paese Sera un Manual para inventar historias en dos entregas.
En 1970, gana el Premio Andersen, el más importante concurso internacional en el ámbito de la literatura para la infancia, que lo volverá famoso en todo el mundo. Pero entre los años 60 y 70, hay un progresivo repliegue de Rodari, una sistematización de todas sus obras en volúmenes antológicos y también a un cierto alejamiento del mundo de la infancia, sobre todo con la obra del todo nueva Le novelle fatte a machina (Cuentos hechos a máquina) que, en cierto modo, sostiene una cualidad de poética sistematización orgánica de sus ideas.
Mientras en 1974 se incorpora a la dirección del mensual: Il Giornale dei Genitori. (Diario de los padres)  Allí sugiere a los padres “la forma de inventar ellos mismos historias de sobremesa”. Aparecen: ¿Qué sucede si el abuelo se convierte en gato? (1969); Guisado de historias (1971); Historias para reír (1971).
Desde el 6 hasta el 10 de marzo de 1972 fue invitado por el ayuntamiento de Reggio Emilia a una serie de encuentros (Encuentros con la Fantástica), con una cincuentena de maestros de la escuelas de infancia (ex maternales), elementales y medias, donde presentó en forma oficial todas sus herramientas para el oficio.
Durante 1977, se retira a su casa de Manziana, en el lago de Bracciano. En el ’78 y en el ’79 realiza viajes a Bulgaria y recorre la Unión Soviétrica. El diario de viaje se publicó en 1984 con el nombre de Giochi nell’Urss, appunti di viaggio. Vuelto a Roma, su condición de salud empeora y se le revelan problemas circulatorios.
La muerte lo encuentra el 14 de abril de 1980, en Roma, luego de una intervención quirúrgica.
Una muestra de la personalidad didáctico-pedagógica de Rodari es su primer composición poética Susanna, que aparece el 17 de abril  de 1949 en el suplemento “El domingo de los niños”, firmado con el seudónimo de Lino Picco en el diario “La Unidad”, desde el 13 de marzo de 1949 hasta el 5de febrero de 1950 y que comprende además de las rimas, narraciones, juegos, viñetas, correspondencia con los lectores, etc. Susana nace pedida, como lo explica el mismo Rodari, por una madre para su hija. Él por lo tanto asocia la poesía a la presencia materna. Esta relación adulto-niño es un dato constante de su producción, que debe sustraerse a una comunicación traducida banalmente y áridamente en una información útil o en una advertencia amenazante.
Para llegar a los niños, Rodari comprende rápidamente que debe ante todo dialogar con los padres, cuyas preocupaciones ordinarias (impuestos, despidos, bajos salarios) pueden jugar un rol negativo en el proceso de desarrollo de sus hijos. Lo hace dialogando con los padres a través de sus escritos irónicos, simpáticos, embebidos de sátira social, política. Estará siempre del lado de los perdedores, de los que no tienen anda, de los marginados, con aquellos que tienen necesidad de un nuevo vestido, que puede materializarse mediante un juego de realidad fantástica.
Una de las características de la producción rodariana es el sentimiento antiamericano, que encontrará eco en algunas rimas como ¡Stracci! ¡Stracci! (Harapos, Harapos). El activismo y la creatividad de Rodari de los primeros años de los cincuenta corresponden a la rebelión de un militante comunista empeñado en una batalla contra los preconceptos, oscurantismos e ideologías pedagógicamente conservadoras a partir de su concepción de la libertad, creatividad sin límites, celebración de las alegorías fáciles pero profundas.

             

Rodari giornalista (Rodari periodista)

·  Ordine Nuovo (dal ’46 al ’47)

·  La Prealpina (stesso periodo dell’Ordine Nuovo)

·  Unità (dal ’47 al ’50 e poi dal ’56 al ’58): inizia come cronista annonario, cioè si ocupa di questioni alimentari, che lo portano ogni giorno a fare il giro dei mercati, a guardare i
prezzi e “a scoprire tanti problemi nella borsa della spesa della gente”. Poi scrive servizi
nazionali ed elzeviri per la terza pagina. Nel ’49 comincia a scrivere occasionalmente
qualcosa per i bambini sul giornale della domenica e poco dopo l’Unità decide di pubblicare sul giornale della domenica un angolo dei bambini affidato a lui (“La domenica dei Piccoli”). In questo angolo pubblica le prime filastrocche. Nello svolgere questo incarico, Rodari tiene sempre ben presente che l’Unità non è un giornale per bambini ma un quotidiano impegnato e molto vicino alle classi popolari e che il dialogo, prima che con i bambini, deve essere instaurato con i genitori, con quegli adulti, cioè, le cui ordinarie
preoccupazioni (tasse, licenziamenti, bassi salari) avrebbero potuto giocare un ruolo
negativo nel processo di sviluppo dei figli. Ne “La domenica dei Piccoli” compaiono anche i primi testi in prosa di Rodari, e in essi vi sono già i temi e i motivi espressivi che caratterizzano la produzione successiva, come l’invenzione di personaggi straordinari o l’animazione di parti del corpo, di animali, di piante e di oggetti. Capovolgere, scomporre e ricostruire con funzioni diverse da quelle tradizionali è fin da ora la scommessa di Rodari.

·  Vie nuove: collabora a una rubrica per bambini (“Piccolo mondo nuovo”) su questa rivista nello stesso periodo in cui cura l’angolo dei bambini sull ’Unità. Pubblica filastrocche e brani narrativi di diversi argomenti, spesso legati a fatti politici ben precisi o La giostra pubblicata su "Noi donne".

·  Pioniere (lo dirige dal ’50 al ’53 e poi vi collabora): per Rodari si tratta di un incarico di partito come un altro, e non ne è molto entusiasta. Per dirigere questa rivista si trasferisce a Roma. Anni dopo scrisse: “In principio non volevo proprio saperne, ma in quei tempi
eravamo tutti molto disponibili: se ci fosse stato bisogno di un nuovo quadro nella
cooperazione, e mi fosse stata fatta la proposta di diventarlo, penso che avrei accettato”.
Visto che si tratta di un giornale per ragazzi, Rodari comincia a chiedersi: “Come deve
essere un giornale nuovo? Come si deve legare agli interessi dei ragazzi? Che cosa interessa ai ragazzi? Come si può insegnare a conoscere la vita, la patria, il mondo, ad essere attivi e forti? Come può divertire senza illudere – svagare senza distrarre – educare senza annoiare – appassionare senza corrompere?” Queste domande rimangono alla base di tutta la sua opera. Un giornale simile era a quell’epoca tutto da inventare. Durante la direzione del Pioniere, Rodari comincia a occuparsi professionalmente di letteratura infantile e scopre la sua vena di narratore per l’infanzia, anche se non pensa ancora di diventare uno scrittore per ragazzi.
Il Pioniere era un giornale di sinistra ma – come scrisse Rodari – un giornale che non
doveva fare propaganda politica tra i bambini. Dina Rinaldi disse che tale rivista, ispirandosi agli ideali risorgimentali e alla lotta partigiana, era il primo, e l’unico, a divulgare tra i ragazzi i princìpi educativi più avanzati del mondo del lavoro e della Costituzione. E Argilli dice che il Pioniere fu il primo settimanale italiano che parlò ai ragazzi della società di allora, di pace, di solidarietà tra ragazzi di ogni paese e condizione sociale, di uguaglianza tra le razze. La rivista fu messa al bando (si era infatti nel periodo della guerra fredda), sia perché fatta da comunisti (in realtà non era una rivista politica) sia perché laica. Sul Pioniere compaiono anche le avventure di Cipollino (questo personaggio era però già apparso sulle Vie nuove in due prose di Rodari), che continuano a uscire per anni in tavole di otto vignette disegnate da Roul Verdini e commentate da Rodari in quartine di ottonari. Le imprese di Cipollino riscuotono subito successo, il personaggio diventa simbolo del Pioniere e viene riprodotto in cartoline, manifesti e pupazzi. Egli poi utilizza Cipollino e i suoi amici più volte in contesti diversi.

·  Noi donne (stesso periodo del Pioniere): Rodari pubblica su questa rivista filastrocche,
brani narrativi e riflessioni pedagogiche. Su Noi donne esce anche la Filastrocca del
Pioniere, filastrocca pubblicitaria per il neonato Pioniere. La collaborazione con la rivista si fa più intensa negli anni Sessanta.

·  Avanguardia (dal ’53 al ’56): quando gli viene affidato l’incarico di dirigere questo
settimanale (era l’organo nazionale della Federazione giovanile comunista), Rodari è
contento di tornare a un più impegnativo lavoro politico-giornalistico. In realtà l’esperienza
in questa rivista non si rivela felice, così come quella successiva all’Unità, e ha dei
ripensamenti sulla propria professione: non si sente più a suo agio nel lavoro di dirigente
politico e di giornalista nella stampa di partito. Non si tratta di un ripensamento politico ma
di difficoltà dovute sia a un temperamento incapace di adeguarsi alle pratiche e alle logiche
dell’attività politica, sia al rapporto fra intellettuali e Pci, fattosi più arduo dopo la crisi
apertasi con le rivelazioni del XX Congresso del Pcus. Rodari si schiera contro Stalin.

·  Paese sera (dal ’58 all’80): lavorando a questa rivista si realizza la scelta che caratterizza tutta la sua vita futura: affiancare al lavoro di scrittore per l’infanzia quello di un giornalismo politico ma non partitico. Svolge qui un’intensa attività di articolista di terza pagina, di inviato e di corsivista.

·  La Via Migliore (primi anni ’60): era edito dall’ACRI (Associazione Casse di Risparmio Italiane) e veniva distribuito gratuitamente con l’altissima tiratura di 800.000 copie nelle scuole elementari anche come invito al risparmio.

·  Il Corriere dei Piccoli (dal ’63 al ’70): era il giornale destinato ai giovani figli della
borghesia.

·  Il giornale dei genitori (dal ’68 al ’77): lo dirige e contemporaneamente continua a
lavorare a "Paese sera". Nei primi anni ’50 (Unità, Noi donne, Vie nuove e Pioniere), Rodari è soprattutto un militante comunista, impegnato in una battaglia civile contro preconcetti, oscurantismi e ideologie pedagogicamente conservatrici. In questo periodo Rodari concepisce come sua naturale espressione l’impegno culturale e politico all’interno del Pci, e anche i suoi articoli o le sue filastrocche hanno questo carattere (v. Ciccio, Stracci! Stracci!, Bimbo di Modena; scritta per l’uccisione a Modena di sei lavoratori da parte della polizia; o Alla stazione). In quest’ultima filastrocca si parla dello sciopero dei ferrovieri. Il decennio ’50-’60 è forse il periodo più florido delle scrittore sia dal punto di vista quantitativo sia dal punto di vista delle tematiche, che infatti vengono poi riprese in tutta la produzione successiva. Boero dice che nella maggioranza dei casi i libri della Einaudi (ma non solo quelli) nascono come raccolta di brani narrativi usciti sul Corriere dei Piccoli "e che il Rodari più noto e celebrato, quello degli anni ’60 e ’70, deve essere ricercato sul Corriere dei Piccoli e su La Via Migliore prima che sui volumi.



                                       

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